Esta es la sección dedicada a Esteban Arce y su columna editorial "Sin Conexión" que es publicada todos los Domingos en el "Record" diario deportivo.
Fotos Cortesia de Stali Abraham de Cancún Qroo.

Estilo único

Ángel Fernández es el último gran cronista deportivo de la vieja guardia (Jorge “Sonny” Alarcón, Pedro “El Mago Septién”, Fernando Marcos.). Fernández se convirtió en los años 70 y 80 en la gran figura de la crónica deportiva en México, tras crear un estilo lleno de creatividad al momento de narrar los partidos.
Ángel, quien será recordado por llamar al futbol “el juego del hombre”, llegó a ser una importante figura televisiva. Hace años conducía “El precio es blanco” vestido de smoking con una enorme corbata de moño y un micrófono largo y delgado que bien sabía usar.
Luego con ropa más cómoda, abría el juego del domingo con un grito a todo pulmón, invocando al primer silbatazo “a todos los que quieren y aman el futbol”. Sus crónicas eran por mucho apasionantes.
Cambió el mote de los “Cementeros del Cruz Azul” por “La Máquina Celeste” y el de “Chivas del Guadalajara” por el de “Rebaño Sagrado”.
Corrigió a la historia cuando afirmó que el América descubrió a Cristóbal Ortega y otorgó “el sentido épico a situaciones nimias”.
De los apodos más famosos se recuerdan los que le puso al arquero argentino Miguel Marín, a quien por sus lances felinos lo llamó “El Gato” y poco después gracias a su manera de volar en la portería, lo bautizó como “Supermán” y cada vez que venía un balón de peligro a él, solía especular con la posibilidad de que trajera criptonita. Al jovencito goleador Hugo Sánchez lo bautizó como “El Niño de Oro” y a Enrique Borja, por su prominente nariz, “El Cyrano de las canchas”.
Es recordado también por la frase que obsequiaba cuando había grandes jugadas: “Me quito el sombrero y me pongo de pie”, y “Sálvese quien pueda... Niños y mujeres primero”, frase que utilizaba cuando el partido estaba en su momento más emocionante
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