Marrufo y sus secuaces

Sin Conexión...

Dicen que el criminal siempre vuelve al lugar de los hechos, cuando menos eso aseguran los programas de policías y ladrones, aquellos de ‘Los intocables’ y eso, sin más ni menos, fue lo que sucedió el miércoles pasado con el señor Germán Arredondo, quien tres años atrás había cometido un atraco en contra del Atlante, y precisamente ante Chivas, lo volvió a cometer.
Hoy todo mundo voltea a ver a la Comisión de Arbitraje manejada por Aarón Padilla y Héctor González, pero precisamente eso es lo que pretende un grupo que busca manejar dicho sector, y me refiero a Marrufo y sus secuaces, quienes de manera maquiavélica siguen haciendo un esfuerzo para apoderarse de ella. Padilla y González Inarritu son personas honorables y eso me consta, buenas intenciones y, a mi manera de ver el asunto, hoy están siendo golpeados por todos lados de manera injusta.
Sin duda, Aarón es un buen hombre, tan bueno que no debería de estar en ese puesto, quizá lo veo en una Comisión de Selecciones Nacionales o en el tribunal de penas, pero no en un puesto en donde tenga que lidiar con verdaderos hampones como lo hace actualmente.
La nominación de Arredondo para el partido de Atlante es sin duda un error, ya que nunca debió pitar el mismo encuentro que hace tres años, ahí radicó el pecado de la Comisión, pero nunca de manera intencional, quizá se pretendió ratificar la transparencia y honestidad del arbitraje, pero nunca pensaron que un grupo anhela el poder y, al perjudicar una vez más al Atlante, sabían que tendrían una herramienta política para recuperar lo que ellos ven perdido desde que el Gansito asumió el puesto.
Ni las chivas ni la propia comisión son culpables, únicamente fueron y serán un instrumento para desestabilizar a quienes hoy aúpan el mando arbitral. Lo que se debe de hacer es suspender indefinidamente a la cuarteta de jueces que ese día, de manera evidente, incidieron en el resultado, a quienes de manera más que intencional se equivocaron, quienes no vieron un fuera de lugar y en la misma jugada vieron lo que nunca existió, ellos, me refiero a los tres en el campo y al cuarto árbitro, deben de ser apartados del futbol mexicano, ellos ensuciaron el ambiente en aras de un beneficio de grupo y eso no se debe de perdonar. Merecen un castigo ejemplar, tal vez un “faviruchazo”.

esteban.arce@record.com.mx
Dom.2 de Dic. de 2007
Fuente: Record Diario Deportivo.