Un gran escritor
Sin Conexión...
Primero quiero felicitar a mis compañeros editorialistas que lograron la gloria y el reconocimiento popular a través de la encuesta celebrada por el propio diario, y en la cual fui, junto con algunos otros columnistas, colocado en la base de la pirámide alimenticia, en la zona paria del reconocimiento general, sepultado en las cavernas del desprecio, o mejor dicho en la Primera A de los escritores deportivos.
Ante tal situación, pensé muchas cosas, algunas tan bajas como las que apuntaban a secuestrar al Sopitas y convertirlo en ´Sopa Maruchan´; también sucumbí en la tentación de revelar quién demonios es en realidad el Francotirador, dar un golpe de estado y poner de director a Rulo, al mismo tiempo que me reuní con López Obrador para que me dictara algunas estrategias para impugnar la votación y exigir voto por voto, acompañado de un plantón afuera de las instalaciones de RÉCORD por algunos meses, hasta que se me ubicara de manera ´legítima´ entre los más leídos de todos los columnistas, ubicarme en la élite del aprecio y abandonar el infierno de la ignominia en donde lamentablemente fui ubicado, junto con Johan Cruyff, Leo Lavalle y otros ruines perdedores que lamentablemente fuimos exhibidos como aquellos chicos de secundaria con malas calificaciones que no alcanzan a los alumnos distinguidos con mención honorífica.
El sentimiento de deshonra fue tan infame que compré una catana (espada de samurái) y ensayé técnicas para aplicarme el harakiri y abandonar este ´mundo ratonero´, en donde el voto popular te marca para toda la vida y te rebaja a las entrañas del averno mismo, una votación que desmerece tanto la autoestima que envidié por momentos la golpiza y descrédito del buen ´Faviruchis´.
Pero de pronto todo cambió, cuando al sonar mi teléfono un compadre de nombre impronunciable, no por lo feo, sino porque se dedica a hacer títulos falsos en Santo Domingo, me convenció de abandonar todos los malos pensamientos e implementar una táctica madracista, es decir, una argucia competitiva para de alguna manera simular lo que nunca ocurrió y permanecer ante los míos como un triunfador, por lo que accedí a sus maneras y me regaló un número del periódico fechado igualmente el día en que se publicó la lista de favoritos editorialistas y en la que de manera hábil me ubicaba como el favorito del público, junto a Johan Cruyff y Leo Lavalle, quedando atrás los que en realidad aparecieron en el resultado real e inapelable, ubicándolos en los anuncios de colchones muy por debajo mío y de mis cuates golpistas. En fin, que guardaré, como lo hacen los bribones que escriben la historia, mi periódico en donde salgo como el más leído, y ante mi propia historia, como lo hacen los gringos en History Channel (en donde la biografía de Farah Fawcett es tan importante como la Batalla de las Termópilas), lograré que de esa manera, dentro de 100 años, que digan mis bisnietos: “El bisabuelo era un gran escritor”…
Dom.23 de Dic. de 2007
Fuente: Record Diario Deportivo.
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