Esta es la sección dedicada a Esteban Arce y su columna editorial "Sin Conexión" que es publicada todos los Domingos en el "Record" diario deportivo.
Fotos Cortesia de Stali Abraham de Cancún Qroo.

El amor propio no es contagioso

SIN CONEXIÓN

No cabe duda de que la principal carencia del futbolista mexicano en el aspecto psicológico, sobre todo, cuando se trata de competir internacionalmente, resulta ser la AUTOESTIMA.
Hablando de lo que sería la ALTA COMPETENCIA en el medio del futbol, en igualdad de condiciones físicas, técnicas y tácticas, la escasez o abundancia de este factor psicológico hace la diferencia entre el que gana y el que pierde, entre el que trasciende y el que se queda en niveles inferiores a su propia capacidad, entre el que mete el gol y el que lo falla; es decir:
¡CREER EN SÍ MISMO!
Hay quienes nacen con este amor propio, y lo desarrollan en ambientes familiares y sociales propicios a su mejor nivel socioeconómico en que le toque nacer. No así otros a los que les es familiar la autocompasión (pobre, ‘mijito’…) y el desprecio a sus propias capacidades o a las de su medio social y, lo que es peor y más grave, a las de su nacionalidad.
Si a esto se agrega un condimento más actual como es la opinión pública, que suele influir negativa y determinantemente en el concepto que llega a tener un individuo sobre su propio valor y el de sus paisanos, no es de extrañar el que se diga que el mexicano, en general, carece de autoestima y que a ello se atribuya la cantidad de fracasos, por lo pronto deportivos, que llenan nuestra cotidianeidad.
Parecen existir algunas célebres excepciones a esta infausta regla no escrita, misma que no hacen más que confirmarla, y que no alcanzan casi nunca a influir en los resultados colectivos que requiere esta deporte de conjunto. La más notable de todas estas excepciones en México es sin duda Hugo Sánchez, quien además de poseer un buen cúmulo de condiciones técnicas y atléticas que favorecieron su éxito, se destacó por un amor propio que, triste es reconocerlo, no le hacían parecer nuestro paisano. Su secreto: ¡NUNCA DEJÓ SUS ESTUDIOS!
Yo diría que la autoestima, si no se nace con ella como Cuauhtémoc Blanco, o se mama como parece sucederles a los argentinos, se puede aprender en la escuela, por lo cual estudiar sería una parte fundamental en la receta de cómo triunfar en la vida y, por supuesto, en el futbol.
Desgraciadamente, el mismo medio a veces impide que un joven pueda compaginar sus estudios con la práctica del deporte, a diferencia de lo que sucede en otros países, y termina por dejar alguna de las dos cosas presionado por entrenadores que nunca estudiaron y por maestros que nunca jugaron, con el resultado que la mayoría de los que debutan en Primera División tuvieron que dejar sus estudios.
Es evidente, a la luz de los resultados, que el tener estima por uno mismo no es necesariamente contagioso y la muestra está en que entrenadores que fueron futbolistas muy exitosos y que hicieron ostentación siempre de una amor propio que rayaba incluso en la pedantería y autosuficiencia extrema, no han podido por ese simple hacho transmitirla a sus dirigidos ya que el proceso de asimilación del propio YO resulta mucho más complicado de lo que parece, sobre todo si se tiene que aplicar a resultados colectivos.
El ejemplo de Hugo Sánchez vuelve a servir para ratificar esta teoría, ya que su ego, igual que el de su predecesor La Volpe, no le alcanza ente la ausencia evidente de una preparación específica que les autentifique Como transmisores de autoestima colectiva.
En cambio, un tipo como Chucho Ramírez, que como futbolista no demostró tener una sobrada personalidad, ha sabido prepararse en el aspecto psicológico y podido transmitir a sus jugadores juveniles un amor propio que a él le hubiera encantado tener cuando fue futbolista.
Cosas de la vida que, como todo, nos cuesta mucho aprender, sobre todo cuando nos domina la NECEDAD.

Fuente: Record Diario Deportivo
Sin Conexión...
Dom 16 de Marzo de 2008.

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