Esta es la sección dedicada a Esteban Arce y su columna editorial "Sin Conexión" que es publicada todos los Domingos en el "Record" diario deportivo.
Fotos Cortesia de Stali Abraham de Cancún Qroo.

Deportes de conjunto

SIN CONEXIÓN

No es coincidencia que nuestro país no vaya a estar representando en la próxima Olimpiada por ninguno de los deportes de conjunto, ya que nuestros equipos (¿?) representativos han sido eliminados en sus respectivos preolímpicos.

Y pongo en duda la condición de equipos ya que un grupo de personas en cualquier actividad para tener éxito deben constituirse primeramente como un verdadero equipo y sumar sus capacidades y esfuerzos para conseguir un fin común, cosa que difícilmente sucede cuando de deportistas mexicanos se trata. Ya bastante leña se ha hecho y demasiada tinta se ha gastado en el reciente fracaso de la Preolímpica Selección varonil de futbol, que es mucho más grave debido a la supuesta capacidad de sus integrantes y a la chocante prepotencia de su supuesto líder Hugo Sánchez, en comparación con la comprensible inferioridad que muestran las jugadoras de la femenil que, pese a poner de su parte mucho más futbol y coraje del que realmente tienen, fueron igualmente marginadas de participar en Beijing. No cabe duda de que es en este momento cuando con mejores futbolistas varones cuenta nuestro país en cada posición, muchos de ellos con sobrada experiencia internacional, pero ha faltado una vez más quién los pueda ordenar y convencer de la importancia de jalar parejos a la hora de ponerse la playera nacional y obtener para nuestro futbol alguna satisfacción similar a la que consiguió Chucho Ramírez con la Selección Sub17. Lamentablemente parece que ese triunfo va a quedar en el anecdotario archivado junto con el del burro que tocó la flauta por casualidad, ya que de manera incomprensible los federativos se han olvidado de las verdaderas razones y fundamentos en los que se consiguió y se ha perdido la perspectiva de que un Campeonato Mundial en categorías menores tiene resonancia y verdadera trascendencia en la medida en que se le de seguimiento al trabajo que lo sustentó y a la real posibilidad de convertirlo a mediano y largo plazo en éxitos similares pero en las máximas categorías, por no decir en ligas mayores.
Ahora todo mundo está de acuerdo en que Jesús Ramírez pase a dirigir, aunque sea como interino, la Selección Mayor, sin ponerse a pensar que un gran formador a nivel primaria o secundaria no necesariamente va a se el ideal para conducir alumnos de facultad.
Puede que el punto a considerar en la lamentable actuación de nuestros deportes de conjunto sea la ausencia evidente de verdaderos líderes dentro y fuera de las canchas que estén genuinamente comprometidos con las metas y objetivos de un grupo que pretenda convertirse en equipo y representar dignamente a un país como el nuestro cuya afición al deporte en general ya está harta de excusas, de pretextos y de “ya meritos”. Un líder no es necesariamente alguien que haya nacido para serlo, sino alguien que se hubiese dado cuenta de la importancia de prepararse para representar un papel importante en la sociedad como guía y apoyo de sus semejantes. El problema es que el perfil general de nuestros entrenadores está dado por aquellos deportistas retirados que, quizá porque no saben hacer otra cosa que no sea medrar en un medio en el que son conocidos y que ellos creen que conocen muy bien por haber sido más o menos buenos jugadores, se avocan con sus frustraciones a cuestas a la aventura de la ‘dirección técnica’, aprendiendo a costa de echar a perder a quién haga falta y hurgando por una oportunidad en un primer equipo demostrando al fin y al cabo que para ser un verdadero líder no basta con aparentarlo: hay que prepararse para ello.
Y me refiero a haber estudiado algo más que un curso para entrenadores por correspondencia, requisito del que carecen la mayoría de nuestros ídolos de barro que se revuelcan en su incultura y arrastran con ellos a talentos jóvenes a quienes no podrían dirigir si estos si tuvieran la personalidad suficiente. De este modo terminan por elegir borreguitos en lugar de leones para luego pretender que se disfracen de fieras y se conviertan como por encanto en los líderes que no pueden manejar fuera de la cancha.
“El que solo sabe de futbol, ni de futbol sabe”, diría alguno parafraseando a algún otro.
Fuente: Record Diario Deportivo
Sin Conexión...
Dom 13 de Abril de 2008.

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