Novela histórica por ‘entregas’
Sin Conexión
“Mexicanos: ¡Vosotros me habéis deseado! Vuestra noble Nación, por una mayoría espontánea me ha designado para velar de hoy en adelante sobre vuestros destinos. Yo me entrego con alegría a ese llamamiento”, tales eran las palabras que, el 28 de mayo de 1864, a su llegada a nuestro país, pronunciaba Maximiliano de Habsburgo. Invitado y convencido por algunos prominentes ‘mexicanos’, como Almonte y Zuloaga, para venir a “salvar a México”, y a través del apoyo de Napoleón III, fue Emperador de nuestro país durante poco más de tres años, hasta que fue fusilado el 18 de junio de 1867 en el Cerro de Las Campanas
Dicen que era una magnífica persona, educada y respetuosa, y que su único pecado fue dejarse engañar para venir a México sin conocer la realidad de nuestro país ni, mucho menos, la manera de pensar y actuar de nuestros compatriotas.
La enseñanza que nos deja la historia se refiere a la proverbial admiración y dependencia que cómo, como mexicanos tendemos siempre hacia lo extranjero, ya que, más allá de nuestra demostrada incapacidad de gobernarnos está la perpetua aspiración que nos caracteriza de acudir a alguien ‘de fuera’ para resolver como por encanto nuestros problemas y complejos.
Y si ese alguien resultaba ser ‘blanco y barbado’, como parece que era el añorado Quetzalcóatl, pues tanto mejor.
Lo anterior, sucedido en el siglo antepasado, pero acaecido muchas veces a lo largo de la historia patria y en cualquier ámbito de nuestra actividad como sociedad, se repite una vez más en el tan sobado y mentado caso de los candidatos a Emperador Nacional, perdón Entrenador Nacional de futbol, entre los cuales ya sólo se encuentran, como es natural, gente ‘de allende los mares’, o sea ultramarinos, superhombres dotados de esa percepción extrasensorial indispensable para alcanzar los altos destinos de nuestro balompié, aunque no lo conozcan ni hablen nuestro idioma, y de la cual carecemos, ¡Oh pérfidos designios de la madre naturaleza! Los mortales nacos nacidos en este inmundo terregal.
Ya ni el Vasco quiso saber nada de regresar a su parcela, no sea que lo vayan a confundir nuevamente con cualquier pelado. Y es por ello que actualmente se encuentran en el Viejo Mundo esforzados, humildes y sufridos representantes de nuestra federación, con un cheque en blanco dobladito en su huipil, suplicándole a algún devaluado entrenador que está próximo a ser despedido de cualquier equipo europeo de medio pelo, que nos haga el inmerecido honor de dignarse aceptar unos cuantos ‘milloncejos’ de euros y sacrificarse un poco para mezclarse entre la chusma de ‘famélicos mestizos’ que conforman nuestra afición y llevarnos a lo más alto de la estratosfera futbolera que podamos siquiera imaginar: Un anhelado quinto partido en un Mundial. Ni siquiera se habla de ganarlo, no vaya a ser demasiada exigencia y se eche para atrás.
Cuidado, Mr. Eriksson, no sea que terminen fusilándolo en algún cerro cercano.
A esa clase de ‘entregas’ me refiero en el encabezado de esta columna, a las entregas de nuestra identidad, de nuestros valores, de nuestros recursos, de nuestros territorios, de nuestra dignidad (y hasta de del ‘Trono de Moctezuma’ como le ofrecieron a Maxi) que hacemos cotidianamente los ‘mexicas’ ante cualquiera en el que supongamos ver alguien superior a nosotros.
O tal vez a las ‘entregas’ como las que hizo el Atlas de su partido ante Boca, con todo a su favor, pero que no contaba con que su afable entrenador, curiosamente boquense, le iba a poner la mesa a su querido ex equipo entregándole el partido mediante la sospechosa estratagema de sabotear su sistema de juego a favor de las características de su supuesto rival.
Sólo le faltó poner a Marioni de portero y al Negro Medina de central para que fuera más evidente su deseo de quedar bien con quienes seguramente le han abierto las puertas para algún futuro retorno y si no lo creen entonces como se explican que el ‘Macua’ Robles, quien secó a Riquelme en Buenos Aires, en el Jalisco lo metieran de lateral y dejara libre al cerebro xeneise.
O lo que se dice que pretende el América de ‘entregarle’ por enésima ocasión sus destinos a un entrenador ¡argentino!, pese a las recientes experiencias nefastas de las que los tuvo que recatar un paisanito de ‘bajo perfil’ que ahora los puede hacer ganar lo impensable.
Aprendan necios de la historia, aunque parezca historieta, e…inclínense mejor ante el Cabezón.
¡Hasta la próxima ‘entrega’!
Fuente: Record Diario Deportivo
Sin Conexión...
Dom 25 de Mayo de 2008.
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