Esta es la sección dedicada a Esteban Arce y su columna editorial "Sin Conexión" que es publicada todos los Domingos en el "Record" diario deportivo.
Fotos Cortesia de Stali Abraham de Cancún Qroo.

Ahora ni Olímpicos ni Mundiales ni nada

Sin Conexión

A mí me tocó crecer en un país muy lindo, lleno de tradiciones, de valores, de mexicanos muy distintos a los que hoy son de edad adulta.
Era un país con un potencial increíble, con una economía solvente y con tan sólo 2 mil 800 millones de dólares de deuda, con una clase media amplia que sostenía el cinturón económico del país, con petróleo a manos llenas, con unos Juegos Olímpicos a la puerta, un par de mundiales de futbol a la vuelta de la esquina, una moneda fuerte, éramos un país en donde se respetaban muchas cosas, me tocó crecer en una nación en donde las familias, los barrios, las colonias y las comunidades contaban con el respeto de las autoridades y todas éstas le tenían respeto a las instituciones.
Una ciudad de apenas nueve millones de habitantes, una época en donde poco escuchábamos de asaltos, secuestros, mega fraudes, desacatos, violencia, narcotráfico, etc. Una época en donde los roles estaban tan establecidos que la unidad social por excelencia, la familia, era tan sólida que se presumía a sí misma. Una época en donde las madres no intentaban ser más jóvenes que sus hijas, donde el padre por lo general, luchaba por los suyos, en donde los hijos respetaban a sus padres y a sus maestros que eran tan honorables como aquellos que terminaban por educar a los hijos y, en donde la mayoría, con la fe religiosa por encima de todo, se sujetaba a los mandatos más elementales.
Ahora todo ha cambiado, nuestra economía es una bomba de tiempo, nuestra deuda es de más de 200 mil millones de dólares, con petróleo para solamente algunos años más, con más de 30 millones de habitantes en el mismo espacio, sin prestigio internacional alguno más que el de la barbarie, el crimen, el narcotráfico, la falta de nivel educativo, de valores, de respeto a las instituciones, de deshonestidad, desorden, nula credibilidad, sin olimpiadas, ni mundiales ni nada que nos ponga en la óptica del mundo.
Una sociedad sin valores, atrasada, gangrenada por el miedo, la impunidad, la zozobra. Un país en donde magistrados de la Suprema Corte de Justicia comercializan favores jurídicos a cambio de placeres sexuales, en donde la justicia pone libres a los criminales, en donde la opinión pública cuestiona todo esbozo de orden bajo el pretexto de los derechos humanos, en donde se sataniza la pena de muerte a criminales confesos, pero se pasa por alto el secuestro y asesinato de víctimas cautivas. Un país en donde un ex candidato a la presidencia festeja la muerte de un joven de 14 años, en donde el juego político es más importante que el buen gobierno, en donde en la búsqueda de una supuesta democracia se vulneran todos los resquicios de orden y caminos de progreso.
Qué pena, qué tristeza, actualmente no queda nada de lo que nos hacia sentir orgullosos, tan sólo quedan astillas de nuestras instituciones, de nuestro orden, de nuestras tradiciones; hoy la clase media se convirtió en pobreza y en unos que otros multimillonarios, que a expensas de componendas, se quedaron con lo que todavía debemos.
Ahora los mexicanos a través de nuestros legisladores, jefes de gobierno y magistrados se han quitado la máscara y atacan lo más sagrado, que es la familia mexicana, permitiendo todo lo que la daña, permitiendo y patrocinando cambios de género, validando uniones homosexuales, facilitando el divorcio y lo más grave es que, en medio de festejos, como si fuera un logro de valientes, se valida matar mexicanos que no tengan la suerte de tener 12 semanas y un día de gestación, de vida, ¡qué pena! Nuestros sabios supremos de la corte lo validaron y ahora, amigo mexicano, además de no ser ya ni la sombra de lo que fuimos, nos damos el lujo de levantar los brazos porque ya podemos cortarle la existencia a otros mexicanos inocentes bajo el amparo y patrocinio de nuestras “modernas instituciones”. Pues bien, felicidades, sigamos así y que Dios nos perdone.

Sr. Presidente, Sr. Jefe de Gobierno, Sres. Gobernadores: por favor, hagan algo.


Fuente: Record Diario Deportivo
Sin Conexión...
Martes 2 de Septiembre de 2008.

1 comentario:

  1. Anónimo1:46 p.m.

    28/08/08 Realmente no soy un fan de la televisión, sin embargo hoy en la mañana se me ocurrió cometer el error más grande de mi vida no solo por encender la caja idiota, sino por sintonizar un arremedo de noticiero como es el suyo, pero aun peor, me toco escuchar la opinión de Esteban Arce un conductor que aprovechando su rol de líder de opinión criminalizó a las mujeres que por una u otra razón deciden abortar expresándose de un modo peyorativo hacia las mismas, acusándolas de irresponsables y afirmando que abortan cada 15 días diciéndole al medico: “vengo otra ves a que me saque el chamaco”. Si el conductor se indignaba por el nivel de debate de los magistrados, el suyo estaba a un nivel más inferior. Es preocupante que este tipo de personas se encuentren al frente de un noticiero que parece mas bien la parodia de 31 minutos y que este arremedo de Tulio Treviño se abalance de un modo tan nefasto en contra de instituciones o un "Estado infantil", no obstante durante el conflicto post electoral del 2006, este mismo muppet, reclamaba el respeto a las instituciones. Da lástima el nivel de periodistas de las dos televisoras, las cuales se encargan de llevar a cabo una espiral de silencio que tanto les conviene, si Esteban se indigna por el asesinato de un inocente, nunca escuche una opinión sobre el caso de la sierra de Zongolica y la mujer ultrajada y ultimada por elementos del ejército mexicano, jamás ha expresado una postura por el despido injustificado de una verdadera periodista como Aristegui, si es tan crítico el periodista por que no transmite anti-comerciales como sucede en países de primer mundo. Como ciudadanos no solo tenemos el gobierno que nos merecemos sino también tenemos los medios de comunicación, los cuales funcionaron como un apéndice del Estado y un aparato ideológico del mismo, sin embrago, cuando se vieron libres de este yugo en lugar de resarcir errores como el 2 de octubre del 68, mejor se dedican a reproducir el mismo esquema pero viéndose aun más favorecidos, realmente no espero que cambie su postura porque cada quien para la fortuna de todos, tenemos el derecho de expresarnos, empero tiene que ser responsable con su papel ya que usted cuenta con un medio masivo de comunicación, pero si aun ciudadano como yo que no puede acceder ni un minuto al aire, se me ocurre hacer una marcha o manifestarme en la vía pública, sujetos como usted serian los primeros en descalificarme y apelarían al derecho aunque sea de un Estado infantil. Gracias por recordarme que la TV no sirve más que para dos cosas: para nada y para lo mismo, salvo muy honradas excepciones.

    Atte. Edwin Ramírez

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