Lo malo del Premio

SIN CONEXIÓN

“Lo vamos a extrañar como se extraña a todo aquél fanático que se pierde”
Esta semana se dieron a conocer los nombres de quienes serán galardonados el próximo 20 de noviembre como los ganadores del Premio Nacional del Deporte y, a decir verdad, todos ellos lo tienen bien merecido, lo único que no entiendo es por qué una persona o institución puede ganarlo más de una vez, hasta que se canse y eso sí que puede cambiarse.

Yo no veo que el Premio Nobel de Literatura se lo lleven repetidamente Gabriel García Márquez o José Saramago, un premio que, por cierto, el más serio de todos, lo dan en una ocasión y el prestigio que conlleva hace que todo lo que haga en el futuro a partir de que lo obtuvo se integre al historial del ganador en cuestión.

Yo propongo que el Premio Nacional del Deporte primero se otorgue a una sola persona y no a instituciones, no de manera compartido; una vez ocurrido esto, que el ganador obtenga una beca que conste en lo siguiente: a partir de que el deportista termine su carrera deportiva, se haga acreedor de una beca de 5 mil dólares mensuales por el resto de su vida, eso sí sería un premio codiciado y no un burocrático compromiso en el que se ganan la foto, un diploma y unos aplausos.
En el beisbol profesional, todos aquellos peloteros de las Grandes Ligas que juegan más de determinadas temporadas sin interrupción en la gran carpa se hacen merecedores de un seguro vitalicio de 15 mil dólares a partir de su retiro: seguro que ya gozan de él Vinicio Castilla, Fernando Valenzuela y algunos otros, pero créanme que éste estímulo es el más codiciado por muchos, ya que cuando son jugadores en activo, mal administran fortunas enteras y ese seguro sí que actúa como tal.
El futbol profesional bien podría activar algo similar y a la medida de sus posibilidades aquí en México; en ocasiones nos enteramos que jugadores que rindieron en sus equipos por años andan sin trabajo y pasándola muy mal, de esta manera, no digo 15 mil, pero sí tres mil dólares mensuales, a quien sea, le ayudan mucho y esto lo deberían pelear los futbolistas profesionales.
En fin, que este año una vez más el gobierno, a través de sus instituciones, otorgará el Premio Nacional del Deporte a quienes ya lo han ganado, y lejos de ser lo que tiene que ser, se ha convertido en un momentito burocrático, sólo eso.
Y ya que hablamos del gobierno, no nos queda más que enviarle un sentido pésame por lo ocurrido la semana pasada, y es que la tragedia ocurrida en torno al avionazo dejó en el luto y consternación a muchas familias mexicanas, así como al futbol internacional, ya que con la partida de Juan Camilo Mouriño se va un gran amante de este deporte.
Hace algunas jornadas lo vimos en Ciudad Universitaria con sus hijos disfrutando del Pumas vs. América, y es que de familia le venía lo futbolero al Secretario de Gobernación: se sabe de muy buena fuente que no hace mucho, ya como titular de Segob, se ocupó de interceder entre el Celta de Vigo de España y el Atlante de México para hacerse de los servicios de Giancarlo Maldonado, operación que no rindió frutos porque querían pagar una cantidad muy por debajo de lo que vale el venezolano, todo esto último porque su padre era presidente y principal accionista del cuadro gallego.
Total, que lo vamos a extrañar como se extraña a todo aquel fanático que se pierde, porque el futbol siente algo por todos aquellos que le regalan un pedazo de su corazón y mucho de su tiempo. Descanse en paz, Juan Camilo Mouriño.

Fuente: Record Diario Deportivo
Sin Conexión...
Dom 9 de Noviembre de 2008.



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